sábado, 26 de septiembre de 2020

¿Cuánta salud mental te está costando tu estilo de vida?

Salud mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio cultural que les rodea,  influye en cómo se piensa, siente, actúa y se reacciona ante momentos de estrés. La salud mental es la base del bienestar y el funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad.



Una persona sana, es aquella que puede controlar sus emociones, sentimientos, pensamientos y palabras y en consecuencia actuar de forma equilibrada siendo capaz de colocar todos sus problemas en perspectiva y hacerles frente. Mantener o mejorar la salud mental y emocional, no quiere decir que las personas nunca tengan problemas o sean siempre felices, las personas sanas también sienten estrés, ansiedad, tristeza, enojo y su estado de ánimo puede variar, pero existe conciencia sobre sus acciones y sentimientos, son capaces de controlar sus emociones y reconocen cuando necesitan ayuda.

La salud mental aporta buena salud física, relaciones sociales, laborales y afectivas funcionales, un estado de bienestar constante, calidad de vida y proyectos para el futuro.

 


¿Qué cosas pueden afectar la salud mental?

·         La inseguridad

·         La falta de esperanza

·         Los cambios sociales acelerados

·         La violencia

·         Una salud física deteriorada

·         Algunas experiencias personales

·         La interacción social, los valores culturales, las experiencias familiares, escolares y laborales

·         Fenómenos naturales y pandemias, accidentes, traumas

 



¿Qué hacer para mantener una buena salud mental?

·         Tener una buena alimentación

·         Realizar ejercicio regularmente

·         Diseñar y apegarse a una rutina en el día a día

·         Buenos hábitos de descanso y sueño (dormir como mínimo 8hrs. diarias).

·         Terapia: trabajo personal, desarrollo de autoestima y practicar un buen manejo emocional

·         Contacto con las artes: danza, pintura, lectura, escritura, música, etc.

·         Participar en actividades sociales, recreativas, deportivas y culturales

·         Trabajar para generar y cultivar buenas relaciones interpersonales

·         Evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias

·   Meditar: enriquece la capacidad de atención e incrementa la memoria, aumenta la motivación y reduce el estrés

 


Autoestima

Sentirte bien respecto a ti mismo es fundamental para la salud mental.

Para trabajar en tu autoestima, observa lo siguiente:

·         Si tu diálogo interno es agresivo contigo mismo, pregúntate: ¿Este pensamiento es amable conmigo?, ¿Me estoy atacando? ¿Este pensamiento refleja la verdad?, ¿Le hablaría de esta forma a alguien más?... estas preguntas pueden reducir las dudas y ataques hacia ti.



·         Cambia el pensamiento negativo: reformula lo que te estás diciendo para hacerlo más amable y apegado a la realidad.  Por ejemplo: si te dices “Nunca hago nada bien”, transfórmalo en “a veces me equivoco y las cosas no resultan como quisiera, pero muchas veces hago un excelente trabajo” o “es normal no poder hacer todo y que algunas veces los planes cambien, me siento orgulloso de lo que puedo hacer, reconozco que lo que hago es valioso”.

·         Céntrate en tus fortalezas: Recordar lo que has hecho bien, reconocer, valorar y sentir orgullo de ti mismo, reforzará tus habilidades, fortalezas, lo que sabes y lo que puedes hacer… esto es esencial para el bienestar mental. En momentos de dificultad, pon tu enfoque y atención en las cualidades y herramientas con las que cuentas y pueden ayudarte a superar los desafíos. Por ejemplo: si sientes que no te gusta no saber lo que va a pasar y te da miedo que suceda algo terrible, recuerda tus fortalezas: “Me incomoda no saber lo que va a pasar, pero sé que he superado eventos impredecibles y desconocidos en el pasado. Confío en mi capacidad para manejar cualquier cosa que se presente y si lo necesitara, puedo pedir ayuda para resolver”.

·         Haz una lista de tus cualidades, cosas buenas y valiosas, fortalezas y logros: Elabora una lista detallada que hable bien de ti y describa lo que te gusta de ti. Enlista atributos físicos, intelectuales, emocionales y de tu personalidad. Incluye todos los detalles (me gusta mi pelo rizado, siento orgullo de haber obtenido buenas notas en Geografía, me gusta lo buen amigo que soy, admiro mi sensibilidad, etc.). La autoafirmación es útil para aliviar el estrés y promover el pensamiento creativo en situaciones estresantes.



·         Identifica cuál de todas tus fortalezas es la más importante y poderosa y por qué: Pregúntate “¿Qué me hace sentir fuerte?” “¿Es algo que hago todo el tiempo o lo siento solo bajo ciertas circunstancias?” Escribe de forma detallada lo que sientes y lo que pasa por tu cabeza en momentos de fortaleza (confianza, orgullo, impulso, etc.).

·         Controla las emociones incómodas: Lidiar con las emociones fuertes puede ser difícil, pero es parte de comprometerse con la vida. Regular tus emociones y aliviar tu propio dolor es una parte esencial del bienestar mental. Explora diferentes actividades para encontrar las que te hagan sentir bien, las que te conecten con el placer y contribuyan a un manejo positivo de lo que sientes. Por ejemplo: dar una caminata, escuchar música, un baño caliente, leer algo que te interese, disfrutar de forma consiente alguna bebida o comida, un masaje en tus manos, etc…





·         Auto obsérvate: Hazte consiente de tus respuestas emocionales, observa la forma en que te sientes, hablas y decides ante situaciones difíciles o extremas. En lugar de reaccionar inmediatamente a un evento negativo, prueba alejarte mentalmente durante un momento (respira profundo 3 veces, cuenta hasta 10, etc.). Piensa en lo que sientes sin juzgarlo, esto te dará espacio para responder de una forma que no sea impulsiva.  

·         Expresa tus emociones sin desbordarlas y piensa antes de actuar: es regla no hacerte daño ni hacer daño a otras personas, en ningún sentido (ni con palabras, ni físicamente, ni dañando propiedad ajena), sin excepciones.



·         Escribe tus pensamientos y sentimientos: Escribir alivia el estrés y ayuda a ordenar y procesar tus emociones, aumenta la consciencia de tus propias respuestas emocionales y te ayudará a ir descubriendo las necesidades que hay detrás de lo que sientes.

·         Mantén relaciones saludables: El apoyo social y afectivo es importante durante los momentos difíciles. Los amigos y la familia pueden ofrecer apoyo emocional y acompañamiento en momentos estresantes, también ayudará a que te sientas aceptado y seguro. Las relaciones saludables deben basarse en la confianza, el respeto, la presencia, escucha, libertad y no juicio. Identifica si has estado manteniendo relaciones nocivas o abusivas y aléjate de ellas, por lo menos de forma temporal. Una relación dañina incluye conductas de control, crítica, abandono, exclusión, violencia, chantaje, manipulación, posesión y probablemente te haga sentir presionado y con culpa. Se honesto al analizar tus relaciones y empieza a tomar decisiones en cuanto a la frecuencia de contacto, cercanía e intimidad que mantienes, elige las relaciones que suman y te hacen sentir paz sobre las que te inquietan, generan dolor y bloquean tu crecimiento personal.



·         Evalúa tus propias conductas: identifica lo que aportas y quien estás siendo tú en tus relaciones personales, aprende sobre la empatía y el respeto a diferentes formas de pensar y decidir, expresa tus necesidades de forma respetuosa y se receptivo a las necesidades de los demás.

·         Trabaja en tu proyecto de vida: establece un plan de acción con metas a corto, mediano y largo plazo para llegar a donde quieres y convertirte en quien quieres ser. Identifica claramente los pasos a seguir para conseguirlo y empieza a trabajar en ello.



·         Acepta que tu bienestar y tu felicidad son tu responsabilidad: no culpes a nadie ni a nada de tu disgusto, tu incomodidad, tu enojo, tu tristeza, tu decepción, de perder la paciencia o sentirte infeliz. Toma el control de tu vida y obsérvate para no colocarte en el papel de víctima.

·         Desacelera: deja de vivir apurado, no te presiones. Distingue la disciplina de la exigencia descabellada. Incluye en tu vida descanso, actividades disfrutables, diversión, practica la paciencia, relajación y reajusta las metas que sean inalcanzables para establecer objetivos realizables.



·         Ve a Terapia: ya sea para resolver lo que hoy se ha salido de tus manos o como estrategia preventiva. Ir a terapia cambia el panorama, abre posibilidades, aporta herramientas útiles y contribuye en gran medida a tu bienestar.


Este video puede ayudar a entender más sobre salud mental y salud emocional:


Fuente: Edenity




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