Salud mental es el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio cultural que les rodea, influye en cómo se piensa, siente, actúa y se reacciona ante momentos de estrés. La salud mental es la base del bienestar y el funcionamiento efectivo de una persona y su comunidad.
Una persona sana, es aquella que puede controlar
sus emociones, sentimientos, pensamientos y palabras y en consecuencia actuar
de forma equilibrada siendo capaz de colocar todos sus problemas en perspectiva
y hacerles frente. Mantener o mejorar la salud mental y emocional, no quiere
decir que las personas nunca tengan problemas o sean siempre felices, las
personas sanas también sienten estrés, ansiedad, tristeza, enojo y su estado de
ánimo puede variar, pero existe conciencia sobre sus acciones y sentimientos, son
capaces de controlar sus emociones y reconocen cuando necesitan ayuda.
La salud mental aporta buena salud física,
relaciones sociales, laborales y afectivas funcionales, un estado de bienestar
constante, calidad de vida y proyectos para el futuro.
¿Qué cosas pueden afectar la salud mental?
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La inseguridad
·
La falta de esperanza
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Los cambios sociales acelerados
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La violencia
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Una salud física deteriorada
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Algunas experiencias personales
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La interacción social, los valores culturales, las
experiencias familiares, escolares y laborales
·
Fenómenos naturales y pandemias, accidentes,
traumas
¿Qué hacer para mantener una buena salud mental?
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Tener una buena alimentación
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Realizar ejercicio regularmente
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Diseñar y apegarse a una rutina en el día a día
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Buenos hábitos de descanso y sueño (dormir como
mínimo 8hrs. diarias).
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Terapia: trabajo personal, desarrollo de autoestima
y practicar un buen manejo emocional
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Contacto con las artes: danza, pintura, lectura,
escritura, música, etc.
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Participar en actividades sociales, recreativas,
deportivas y culturales
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Trabajar para generar y cultivar buenas relaciones
interpersonales
·
Evitar el consumo de alcohol, tabaco y otras
sustancias
· Meditar: enriquece la capacidad de atención e
incrementa la memoria, aumenta la motivación y reduce el estrés
Autoestima
Sentirte bien respecto a ti mismo es fundamental
para la salud mental.
Para trabajar en tu autoestima, observa lo
siguiente:
·
Si tu diálogo interno es agresivo contigo mismo,
pregúntate: ¿Este pensamiento es amable conmigo?, ¿Me estoy atacando? ¿Este
pensamiento refleja la verdad?, ¿Le hablaría de esta forma a alguien más?...
estas preguntas pueden reducir las dudas y ataques hacia ti.
·
Cambia
el pensamiento negativo: reformula lo que te estás diciendo para hacerlo
más amable y apegado a la realidad. Por
ejemplo: si te dices “Nunca hago nada bien”, transfórmalo en “a veces me
equivoco y las cosas no resultan como quisiera, pero muchas veces hago un
excelente trabajo” o “es normal no poder hacer todo y que algunas veces los
planes cambien, me siento orgulloso de lo que puedo hacer, reconozco que lo que
hago es valioso”.
·
Céntrate
en tus fortalezas: Recordar lo que has hecho bien, reconocer, valorar
y sentir orgullo de ti mismo, reforzará tus habilidades, fortalezas, lo que
sabes y lo que puedes hacer… esto es esencial para el bienestar mental. En
momentos de dificultad, pon tu enfoque y atención en las cualidades y
herramientas con las que cuentas y pueden ayudarte a superar los desafíos. Por
ejemplo: si sientes que no te gusta no saber lo que va a pasar y te da miedo
que suceda algo terrible, recuerda tus fortalezas: “Me incomoda no saber lo que
va a pasar, pero sé que he superado eventos impredecibles y desconocidos en el
pasado. Confío en mi capacidad para manejar cualquier cosa que se presente y si
lo necesitara, puedo pedir ayuda para resolver”.
·
Haz
una lista de tus cualidades, cosas buenas y valiosas, fortalezas y logros:
Elabora una lista detallada que hable bien de ti y describa lo que te gusta de
ti. Enlista atributos físicos, intelectuales, emocionales y de tu personalidad.
Incluye todos los detalles (me gusta mi pelo rizado, siento orgullo de haber
obtenido buenas notas en Geografía, me gusta lo buen amigo que soy, admiro mi
sensibilidad, etc.). La autoafirmación es útil para aliviar el estrés y
promover el pensamiento creativo en situaciones estresantes.
·
Identifica
cuál de todas tus fortalezas es la más importante y poderosa y por qué:
Pregúntate “¿Qué me hace sentir fuerte?” “¿Es algo que hago todo el tiempo o lo
siento solo bajo ciertas circunstancias?” Escribe de forma detallada lo que
sientes y lo que pasa por tu cabeza en momentos de fortaleza (confianza,
orgullo, impulso, etc.).
·
Controla
las emociones incómodas: Lidiar con las emociones fuertes puede ser
difícil, pero es parte de comprometerse con la vida. Regular tus emociones y
aliviar tu propio dolor es una parte esencial del bienestar mental. Explora
diferentes actividades para encontrar las que te hagan sentir bien, las que te
conecten con el placer y contribuyan a un manejo positivo de lo que sientes.
Por ejemplo: dar una caminata, escuchar música, un baño caliente, leer algo que
te interese, disfrutar de forma consiente alguna bebida o comida, un masaje en
tus manos, etc…
·
Auto
obsérvate: Hazte consiente de tus respuestas emocionales,
observa la forma en que te sientes, hablas y decides ante situaciones difíciles
o extremas. En lugar de reaccionar inmediatamente a un evento negativo, prueba
alejarte mentalmente durante un momento (respira profundo 3 veces, cuenta hasta
10, etc.). Piensa en lo que sientes sin juzgarlo, esto te dará espacio para
responder de una forma que no sea impulsiva.
·
Expresa
tus emociones sin desbordarlas y piensa antes de actuar:
es regla no hacerte daño ni hacer daño a otras personas, en ningún sentido (ni
con palabras, ni físicamente, ni dañando propiedad ajena), sin excepciones.
·
Escribe
tus pensamientos y sentimientos: Escribir alivia el estrés y ayuda a ordenar y
procesar tus emociones, aumenta la consciencia de tus propias respuestas
emocionales y te ayudará a ir descubriendo las necesidades que hay detrás de lo
que sientes.
·
Mantén
relaciones saludables: El apoyo social y afectivo es importante durante
los momentos difíciles. Los amigos y la familia pueden ofrecer apoyo emocional
y acompañamiento en momentos estresantes, también ayudará a que te sientas
aceptado y seguro. Las relaciones saludables deben basarse en la confianza, el respeto, la presencia,
escucha, libertad y no juicio. Identifica si has estado manteniendo relaciones
nocivas o abusivas y aléjate de ellas, por lo menos de forma temporal. Una
relación dañina incluye conductas de
control, crítica, abandono, exclusión, violencia, chantaje, manipulación,
posesión y probablemente te haga sentir presionado y con culpa. Se honesto
al analizar tus relaciones y empieza a tomar decisiones en cuanto a la
frecuencia de contacto, cercanía e intimidad que mantienes, elige las
relaciones que suman y te hacen sentir paz sobre las que te inquietan, generan
dolor y bloquean tu crecimiento personal.
·
Evalúa
tus propias conductas: identifica lo que aportas y quien estás siendo tú
en tus relaciones personales, aprende sobre la empatía y el respeto a diferentes
formas de pensar y decidir, expresa tus necesidades de forma respetuosa y se
receptivo a las necesidades de los demás.
·
Trabaja
en tu proyecto de vida: establece un plan de acción con metas a corto,
mediano y largo plazo para llegar a donde quieres y convertirte en quien
quieres ser. Identifica claramente los pasos a seguir para conseguirlo y
empieza a trabajar en ello.
·
Acepta
que tu bienestar y tu felicidad son tu responsabilidad:
no culpes a nadie ni a nada de tu disgusto, tu incomodidad, tu enojo, tu
tristeza, tu decepción, de perder la paciencia o sentirte infeliz. Toma el
control de tu vida y obsérvate para no colocarte en el papel de víctima.
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Ve
a Terapia: ya sea para resolver lo que hoy se ha salido de
tus manos o como estrategia preventiva. Ir a terapia cambia el panorama, abre
posibilidades, aporta herramientas útiles y contribuye en gran medida a tu
bienestar.
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