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sábado, 30 de abril de 2016

Recuperando mi capacidad de asombro


A propósito de la celebración del día de los niños y de las niñas, he estado reflexionando sobre mi capacidad actual para asombrarme y maravillarme… revisar mis sentires y actitudes de manera honesta no ha sido fácil, pero mi interés por afinar esta habilidad me ha hecho profundizar y quiero compartirlo contigo:

La capacidad de asombro es el poder reconocer, apreciar y asombrarse con las cosas y personas que nos rodean, tiene que ver con la conciencia del cuerpo físico, del intelecto y de nuestras emociones y con enfocar nuestra atención, conmovernos, darnos permiso de mover nuestras emociones, sentir curiosidad y placer con los logros y las cosas cotidianas y a la vez extraordinarias.


Yo no se si para creernos adultos serios y formales (como si esa fuera la única meta en la vida), vamos perdiendo la capacidad de sentir, oler, saborear, tocar, observar lo que hay en nuestro entorno y nos negamos a llorar lo injusto, a conmovernos con la violencia, a enchinarnos por el amor, a curiosear lo humano y lo mágico también.
Cuando éramos niños, nos valía quedarnos viendo fijamente durante horas a alguna persona, una flor, el cielo, el mar o una ardilla, dejábamos de dormir de la emoción de ir a un lugar nuevo, ver algo diferente o recibir una sorpresa… ahora controlamos y ocultamos esa necesidad y nerviosismo de aprender y saber cómo funciona todo…. es más, ya nos creemos que sabemos cómo funciona todo y nos perdemos de aprender más y sentir más….


Perder esa conexión, implica estancamiento y renunciar a la inspiración y a la creatividad, pero siempre hay algo que hacer…. Así tengas 20, 40 u 80 años, siempre puedes volver a asombrarte… para revisar y trabajar en ti, que es de quien depende el poder asombrarse o no, pregúntate cosas como:

1.      Para sentir el viento en mi piel ¿dejo que mi cuerpo sea tocado?
2.      Para ver el amanecer ¿abro los ojos y se cómo ver los colores?
3.      Para conocer nuevas personas y nuevas formas de pensar ¿me doy permiso de escuchar, aprender y sentir intensamente?
4.      Para oler el mar ¿se cómo relajarme y soltarme a las sensaciones?
5.      Para descansar y dormir plácidamente ¿puedo hacer a un lado los problemas y liberarme de las cargas para cuidarme A MI?
6.      Para apreciar a otros ¿suelto mi verdad y estoy presente?
7.      Para vibrar con la música ¿se cómo bailar, cantar y sentir los sonidos?
8.      Para ser feliz y disfrutar ¿me comprometo con todo lo que me rodea y deseo interactuar?
9.      Para sentir placer ¿dejo de impedirme ver nuevas formas de disfrutar, ver, escuchar, hablar, moverme y de entender la realidad?
10. Para vivir realmente la paz y tranquilidad ¿estoy dispuesto a dejar de ser víctima y conectarme con mis propias posibilidades, con mi poder, con mi salud, con mi éxito, con mi amor propio? ¿Estoy dispuesto a rescatar las cosas importantes en la vida sin hacer problema de todo?
11. Para seguirme sorprendiendo ¿permito que las personas (adultos, niños y personas mayores) ejerzan su propio derecho de asombrarse, divertirse, aprender y sentirse plenos? ¿o los regaño y me burlo?
12. Para salir de mi aburrimiento y rigidez ¿estoy dispuesto a no descansar hasta quedar satisfecho en mis cuestionamientos?
13. Para tener una vida mejor ¿Estoy dispuesto a cuidar dedicadamente mi planeta, mi casa, mis relaciones, mi cuerpo?





¿Qué puedo hacer para empezar a recuperar mi capacidad de asombro?

1.      Empieza a hacerte consciente de los cambios (aunque sean sutiles) de la naturaleza: de los cambios de estación, de cómo las plantas se preparan para pasar del invierno a la primavera, de la manera en que cambian durante el verano y el otoño, los cambios de colores y olores en jardines, árboles y animales. De manera voluntaria dedica tiempo a observar, sentir y percibir el clima y la naturaleza.  


2.      Observa con humildad tu cuerpo, tu piel, tu pelo, tus reacciones, tus sentidos, tu respiración, empieza a conocerte y a entender como funcionas a cada hora del día y ante cada situación… identifica lo que sientes ante la alegría, la tristeza, el drama, el enamoramiento, el agobio, etc.
3.      Observa y aprende del arte y de la ciencia… se paciente contigo para aprender y entender los sonidos, los experimentos, las reacciones… aprende continuamente.


4.      Deja a un lado la prisa de tu día y dedica por lo menos un momento al día para escuchar a alguien y su historia, su opinión y sus aportaciones. No interrumpas, escucha con atención… ponte en sus zapatos y abre tu mente y corazón a lo que los demás tienen que decir (tus padres, tus compañeros de trabajo, alguien que encontraste en la calle, mientras esperas algo, tus hijos, el señor de la tienda, algún amigo a quien no veías hace mucho, tus familiares…) date la oportunidad de entender a otros, escuchar su visión de la vida, amplía tus horizontes.


5.      Cultiva tu buen humor, ríete, ríe mucho.