Hay
ciertas cosas que nos indican si una persona va a ser o no una buena ex pareja,
algunas podemos notarlas desde antes y otras surgen y se desarrollan a partir
de las dificultades de la relación.
A
lo largo de su vida, las personas muestran claramente sus valores y su forma de
ser, podemos observar como se han comportado en situaciones difíciles y
frustrantes, como tratan a los demás en situaciones complicadas, su habilidad
para manejar la frustración, el dolor y los duelos y la forma en que critican,
piensan y tratan a quienes consideran sus enemigos. Las características de la
personalidad de cada persona, el estilo de su familia de origen y amistades
influyen en como será como expareja.
Además,
las causas del alejamiento y las condiciones previas al mismo influyen
drásticamente en la dinámica de la separación. No es lo mismo separarse por una
infidelidad, por violencia, faltas de respeto, incompatibilidad, planes de vida
distintos, abandono o distanciamiento. También influye si ambas partes quieren
separarse o solo una de ellas, así como la forma en que se comunica el deseo de
la separación.
Independientemente
de la situación, los acuerdos y arreglos armoniosos contribuyen a una mejor
calidad de vida para ambas partes. Enfrascarse en pleitos eternos no beneficia
a nadie y solo causa agotamiento físico, emocional e intelectual. Así que vale
la pena trabajar para que la separación sea lo más amable posible a pesar del
dolor.
Para
ser una buena expareja, considera lo siguiente:
1.
Si
piensas separarte o vas a pedir el divorcio, comunícalo como una decisión tuya.
Atacar, criticar o responsabilizar a la otra parte de tu deseo de terminar la
relación puede provocar una reacción no deseable. Nadie te obliga a irte,
sincérate y reconoce que no es la otra persona la que hizo que tomaras la
decisión de terminar, reflexiona sobre si te vas por las circunstancias, porque
ya no sientes amor, porque tu dignidad está en juego, por que deseas rehacer tu
vida de una forma distinta, etc. pero reconoce que no es porque la otra persona
sea de determinada manera.
2.
Honra
tu relación: tú elegiste a tu pareja y seguramente vivieron momentos felices.
El hecho de que ahora ya no sea así y prefieras tener un camino separado, no
implica que le ofendas o desprecies para justificar tu deseo de separarte.
3.
Si
ambos están de acuerdo en que la opción que mejor les viene es separarse, la
probabilidad de que la relación de expareja sea buena, se incrementa.
4.
Si
ya te habías dado cuenta de que la relación no funcionaba y de que no te
sentías feliz, es probable que la separación sea más fácil, así como retomar tu
vida. En caso de que tu no lo hubieras visto venir y tu expareja sea quien ya
lo había pensado, tienes que atender lo que esta separación representa para ti,
es muy útil el trabajo en terapia en cuanto a las emociones que se generan al
ver terminado el proyecto de pareja, todas las pérdidas que implica, así como
ver a tu expareja seguir adelante, feliz y sin preocupaciones o tal vez tener
una nueva pareja; no es fácil lidiar con los sentimientos de abandono, las
heridas y el rechazo y no tienes por qué pasar por estos momentos sin ayuda ni
compañía profesional.
5.
Seguramente,
durante un tiempo habrán temas pendientes o cosas en las que tengan que ponerse
de acuerdo. Cuida tus palabras, se amable y enfócate en el objetivo de las
conversaciones y negociaciones. Contáctale solo para lo indispensable, no le atosigues con mensajes insistentes y agobiantes todo el día. No hay nada que demostrar, solo finiquitar los pendientes.
6.
Evita
hablar mal de tu pareja con amigos o desconocidos. Cuando existe un conflicto
en la separación, expresarte con odio o alegrarte públicamente de sus males, no
ayuda a que la relación, ahora de expareja sea armoniosa.
7.
Si
tu ya no querías seguir, pero tu pareja seguía luchando por salvar la relación,
dale tiempo y espacio para asimilar lo que ha pasado, respeta su duelo y no
empeores con presiones, comentarios y
actitudes el dolor que está sintiendo, deja que se replantee su futuro y
asiente sus emociones.
8.
Si
tienen acuerdos legales en cuanto al divorcio y/o la custodia y manutención de
los hijos, respétalos. Hacer cambios unilaterales, abusar o no cumplir con lo
establecido, dificulta la reorganización y la resolución del duelo para todos.
9.
Permite
que tu expareja rehaga su vida. Deja de preguntarle lo que hace y con quien
está, la relación terminó y ambos tienen derecho a seguir adelante. Espiar,
seguir, stalkear, investigar con conocidos en común solo retrasa tu propio
avance y genera un sentimiento de enojo y miedo en la otra parte. Acepta que la
otra persona va a retomar su vida sin ti, probablemente tenga actividad social,
afectiva y erótica y tu ya no tienes nada que hacer ni opinar ahí, ya no es tu asunto. Suelta.
10. Evita buscar a tu ex para
tener relaciones sexuales. Aprende a vivir en soltería y no uses a tu expareja
como comodín erótico. Entiendo que tienen una historia juntos y probablemente
en ese aspecto se entiendan bien, pero las implicaciones emocionales pueden ser
muy nocivas para ambos. No es justo sembrar esperanza donde ya no la hay.
Resuelve tus necesidades y carencias en terapia, aprende a no manipular ni
tomar ventaja usando la sexualidad como arma.
Trabaja
en ti, si sientes enojo, pide ayuda para procesarlo, pero de ninguna manera
trates de desquitarte o cobrárselo a tu expareja. Las relaciones a veces dejan
de funcionar y la vida sigue. No pierdas tiempo con planes o acciones de
venganza. No declares ni participes en una guerra. Enfócate en ti, en tu
proyecto de vida y encárgate de volver a sentir pasión y alegría por vivir. A
partir de este momento está en tus manos construir un estilo de vida agradable
y divertido para ti, no pierdas tiempo ni distraigas tus recursos en hacerle la
vida imposible a alguien que ya no está a tu lado. Retoma tus sueños, estudia, viaja, adquiere algún hobbie, haz ejercicio, pon un nuevo negocio, etc. Ábrete a ver y explorar las posibilidades
que hay para que te sientas bien y feliz de nuevo.
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