martes, 26 de septiembre de 2017

Terapeutas ayudando

Todos estamos tratando de ayudar y aportar algo para aliviar el dolor tan profundo que se ocasionó con el sismo del 19 de Septiembre. Los terapeutas y personas que nos dedicamos al apoyo y acompañamiento emocional no somos la excepción, sin embargo, no todos los profesionales de la salud emocional cuentan con un entrenamiento específico para la Intervención en Crisis. 

Comparto contigo algunas ideas básicas que me parece indispensable tomar en cuenta si vas a brindar ayuda personal, a grupos, empresas o en alguna comunidad como profesional de la salud emocional. Esta información también puede ser útil para brigadistas y cualquier otra persona que esté teniendo contacto con damnificados y personas que estén viviendo episodios de ansiedad:

·         Antes de ir a ayudar a algún grupo o comunidad, prepárate, investiga un poco sobre ideas prácticas para aplicar en el lugar, piensa lo que te gustaría comunicar o hacer sentir a las personas con quienes trabajarás y encuentra las palabras que lo expresen (pueden ser damnificados, brigadistas, voluntarios…), por ejemplo ¿En qué puedo ayudarte? / Quiero acompañarte / No estás solo / Lo siento. De ninguna manera vamos a decirle a la gente lo mal que está, ni lo mal que van a estar después (porque además no tiene que ser necesariamente así). No olvides que nuestro objetivo es aportar algo bueno.

·         El terapeuta tiene que salirse del caos (no ser parte del dolor, de la desesperación y del pesimismo, por lo menos en el momento de brindar ayuda) y desde ahí, ser comunicador y/o ayudar en la solución de la crisis, ayudar en lo emocional y en lo social. El terapeuta NO funciona si es parte del caos y de la tragedia.



·         Si sientes pánico o estás sintiendo síntomas de estrés y ansiedad (nadie está exento), toma tiempo, aléjate un momento para respirar, recuperarte y poder atender a alguien más. No atiendas a nadie si te estás sintiendo mal, si sientes que no estás en condiciones físicas o emocionales para hacerlo.

·         No compartas con los pacientes información sensacionalista, amarillista, noticias falsas, etc.

·         Por favor, si vas comunidades alejadas y de difícil acceso, lleva tus propios alimentos y bebidas dentro de lo posible o cómpralas en la tiendita de la misma comunidad (esto ayuda a reactivar la economía del lugar). Si se trabaja en una zona dañada donde dependen por el momento de la ayuda humanitaria y solamente vas a trabajar unas horas la comunidad, NO debes disponer de los alimentos calientes y bebidas donados destinados para damnificados y brigadistas que permanecen días enteros con trabajos físicos arduos. Si dispones de esa ayuda, estás formando parte del caos, te conviertes en un damnificado más y estás contribuyendo a la escasez de recursos. No sumes al problema, recuerda, eres voluntario, no turista del terremoto.



·         El trabajo con el paciente debe tener una intención. Por ejemplo: descubrir las causas del miedo y dar herramientas prácticas para manejarlo / Llevar al paciente a una zona segura o de control de acuerdo a su situación particular (no estar dando vueltas solamente en el problema sin llegar a nada).

·         Nuestros objetivos son: ayudarle a la persona (o a un grupo) a aceptar lo sucedido, a expresar sus sentimientos, facilitar la búsqueda de soluciones, ayudar a recuperar el nivel de funcionamiento que tenían antes del evento y prevenir la aparición de consecuencias negativas (por ejemplo: evitar que los síntomas de estrés se hagan crónicos).

·         Las intervenciones deben ser muy simples, muy sencillas para que sean efectivas.

·         Tienes que estar preparado para recibir historias y percepciones muy distintas entre sí alrededor de un mismo suceso y poder responder de manera adecuada ante cada una de ellas.

·         Prepárate porque se ven cosas fuertes, momentos duros y puede haber desgaste emocional, burn out... así que toma tiempo para entrar en calma y no te satures.

·         La intervención terapéutica debe proponer SIEMPRE una solución (de preferencia sencilla, práctica y factible, ya que con la mayoría de los pacientes no será posible hacer seguimiento). Ayudar a cerrar el tema del que están platicando también es importante, guíale para que sienta paz. Pregunta cosas como "¿En qué momento supiste que estabas a salvo?" "¿Cómo te diste cuenta qué estabas bien?" para ayudar a que la persona se quede con la parte tranquilizadora de los eventos, en lugar de la parte dolorosa o desesperante.



·         Para abrir conversación:  Preséntate y di cuál es tu función, cual es la razón por la que estás ahí. No uses palabras catastróficas que den un mensaje pesimista. Enfócate en lo que le está pasando en ese momento, en lo que está sintiendo AHORA  la persona, no en lo que pasó (sobre todo cuando ya han pasado muchos días o semanas después del evento y el problema actual podría ser algo distinto como la falta de apoyo o la invasión de sus espacios… en el momento en el que hablas con la persona, podría estar sucediendo algo que estuviera aumentando el impacto del evento y hay que atenderlo). Así puedes ayudar a lidiar con la situación actual, apoyar para afrontarla y aumentar la posibilidad de resolver y crecer.

·         NO pongas palabras en la boca del paciente, por ejemplo: “¿Estás sintiendo miedo, verdad?" "¿Seguro estás asustado?" … es mejor pedir que la persona ponga en sus propias palabras (describa) lo que está sintiendo,  para que tú puedas entender lo que verdaderamente necesita… muchas veces, lo que le sucede al paciente es de menor o mayor intensidad que lo que estamos imaginando, o tal vez es algo completamente diferente (sobre todo cuando se trabaja con personas de comunidades alejadas, cuyo estilo de vida y percepción de la vida es muy diferente al de una persona de ciudad). Como terapeuta puedes usar preguntas para descubrir lo que pasa, pero NO debes asumir lo que le está pasando al paciente, interrumpirle y terminar sus frases con suposiciones. De ninguna manera debes inculcarle a la otra persona tus propias creencias sobre tragedia, desastre, trauma, carencia, miedo, etc…. Cuida que no estés transfiriéndole tus propios miedos…. Por favor no sumes catástrofe a la percepción de la persona y a lo que te está contando con comentarios pesimistas, exagerados o incisivos.

·         Respeta en todo momento las creencias, usos, costumbres y decisiones del paciente, tienes que estar PARA ÉL / ELLA , no para "enseñarle" "educarle" o decirle todo lo que (según tu) está haciendo mal. Recuerda que proponemos posibilidades, no obligaciones ni damos órdenes.

·         No somos Dioses, ni héroes… no podemos resolver todo. Ser observadores y fluir con la información que nos da el paciente (sin querer resolver todo), nos da una posibilidad mayor de aportar algo realmente útil y práctico para esa persona.

·         No diagnostiques al paciente (sobre todo si solo has tenido con él /ella un solo contacto que además, ha durado solo unos minutos)… darle un término complicado al paciente sobre su condición, solo le etiqueta y limita sus posibilidades para sentirse bien, sentir esperanza y poder avanzar. La incomodidad, dificultad para dormir, falta de apetito, el miedo, los flashbacks, recuerdos, pesadillas, irritabilidad etc. en estos días, NO son Trastorno de Estrés Postraumático. Esos síntomas en conjunto, son un estado temporal de desorganización; son reacciones esperadas ante un evento como el terremoto. Si les decimos que es un problema o una enfermedad, además del momento que están pasando, les queda el mensaje de que están enfermos, de que tienen un problema, que hay algo mal con ellos o que están locos. No empeoremos la carga emocional por favor.

·         Nunca sientas lástima por tus pacientes, decirles “venimos a ayudarles porque están muy mal” genera un sentir pesimista, desesperanzador, victimista en las personas. Usar frases como: “Venimos a apoyar, a acompañar, a ver en que podemos ser útiles” - en lugar de decirles que venimos a salvarlos porque están perdidos – respeta el espacio y la individualidad de los pacientes y abre canales de confianza.

·         Por favor NO digas: “no pasa nada” (¡¡porque SI está pasando algo!!), “todo va a estar bien” (¡¡porque no sabemos cómo ni cuándo lo estará!!). Es mejor decir “cuentas conmigo”, “no estás solo”, “te escucho”….



·         La intervención en crisis, se trata de ayudar a los damnificados a conectarse (o mantenerse conectados) con la vida, a encontrarle un sentido a lo que está sucediendo, a ver más claramente las acciones que quieren / necesitan tomar a partir de ese momento (no decidir por ellos, no tratar de imponerles alguna idea o sentir, ni insistir en revivir la tragedia una y otra vez aunque ellos ya hayan cambiado de tema). El mensaje a transmitir es que se puede aprender, se puede crecer, es posible moverse y resignificar lo sucedido.


·         Considera que algunos síntomas generados por el terremoto, pueden estar agravados por experiencias anteriores (violencia, maltrato, abuso sexual, abuso psicológico ya sea en la infancia o adolescencia, una experiencia similar no resuelta como el terremoto del 85, violencia en pareja, un accidente, alguna catástrofe….) o situaciones en las que el paciente no ha trabajado ni resuelto y podrían estar “acumuladas” con la experiencia del sismo del 19 de Septiembre de este año. En una sola consulta no es posible resolverlos todos, necesitas guiar u orientar al paciente para saber como buscar ayuda o recursos que le permitan continuar con su proceso, necesitas ayudarle a estar preparado para saber qué hacer cuando los síntomas se presenten y hacerle saber que es parte normal y sana del proceso de elaboración del duelo para que sientan paz.

Auxiliar emocionalmente es una responsabilidad seria, prepárate para hacerlo de la mejor manera posible. Si requieres apoyo o capacitación, acércate conmigo y con mucho gusto te oriento y puedo resolver dudas sin ningún costo para ti.



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