El amor en pareja suele estar idealizado...
aceptamos desde pequeños muchas creencias que no corresponden necesariamente a
la realidad y que al convertirnos en adolescentes y adultos generan
frustración. La mayoría promueven la resignación, la pérdida de la
individualidad y generan deudas y culpas que no tienen nada que ver con el amor
romántico. Entender que el amor no es lo que nos contaron y modificar estas
actitudes que enferman o terminan las relaciones puede no ser tan fácil, pero
poner la información sobre la mesa es el primer paso:
1. El amor todo
lo puede, por amor todo es posible.
“Cambiará
por amor”
“Los polos
opuestos se entienden mejor”
“El amor
verdadero lo perdona y lo aguanta todo”
“No hay amor
verdadero sin sufrimiento”
Generalmente
elegimos mal a nuestra pareja, nos dejamos llevar por el enamoramiento y la
atracción física. Las relaciones de pareja se conforman por muchos aspectos, no
solo por esa atracción inicial. Es necesario preguntar y averiguar si hay
compatibilidad en cosas básicas como la religión, gustos, educación, humor,
costumbres familiares y aceptar que si no estamos de acuerdo por lo menos en
esos aspectos elementales, a la larga la relación no funcionará y terminaremos
responsabilizando al otro por traicionarnos o por haber “cambiado”. Necesitamos
elegir con base a las semejanzas en lo fundamental. Tener visiones del mundo similares, no
opuestas.
Si en una relación
están en juego cosas importantes y esenciales, probablemente no sea el lugar correcto
para estar. Recuerda que no estás obligado a decir SI a todo lo que se te
quiere dar.
2. El verdadero
amor es predestinado
“Es mi media
naranja”
“Me
completa”
“Es mi alma
gemela”
“Solo se
quiere de verdad una vez”
“El
verdadero amor es eterno”
“El sentimiento
de amor y enamoramiento pasional son lo mismo”
Las parejas
fracasan porque se idealizan las relaciones, se idealiza al amor, se le
considera como algo perfecto y en la realidad no es así (lo que genera mucha
frustración)... A nadie le falta nada, así que esperar que alguien más nos
“complete” genera confusión. Es necesario desapegarse y dejar de querer que
alguien compense nuestras carencias, entender que se está con una pareja NO
porque se le necesite o nos sea imprescindible, si no porque lo preferimos y
elegimos estar con esa persona como una decisión voluntaria. El amor no es una
cruz que debe llevarse a cuestas, es posible amar de una manera saludable e
inteligente.
3. El amor
requiere entrega absoluta
“Sin ti no
soy nada”
“No se puede
ser feliz sin pareja”
“El amor
implica sacrificar el yo para identificarse con el otro”
“La pareja
debe saberlo todo sobre mi, he de renunciar a mi intimidad”
Para que la
pareja esté bien, cada uno de sus integrantes debe estar bien. Vivir en pareja
no quiere decir abandonarse a uno mismo. Como individuos tenemos derecho a la
intimidad, al desarrollo personal, a cultivar amistades, a estrechar lazos
familiares, a desarrollarnos profesionalmente, a tener momentos de descanso, a
la privacidad, al respeto, a la soledad...
Para identificar
si estás metido en una madeja de dependencia, revisa estos indicativos:
-
- Hay sufrimiento: aunque hayan placeres momentáneos, se pierde libertad, hay una sensación de estar esclavizado.
- Se pierde la identidad: se deja de ser lo que somos, lo que nos define.
- Se siente temor a perder la fuente de seguridad y dejar de disfrutar todo lo demás, solo hay ojos para la pareja.
La solución
radica en hablar y retomar la independencia personal basándose en que ninguno
posee al otro, en la libertad, la ética y los principios (los cuales no son
negociables). Nos han enseñado que una buena persona es la que sacrifica todo
por el otro y que hay que querer más a los demás que a uno mismo, pero si los
principios básicos de una persona se ven desafiados por su pareja, si en
algunas situaciones se requiere humillación, si constantemente hay que buscar
el agrado del otro para ver si concede su amor o no, es momento de poner
límites: los límites del amor propio y la dignidad. El punto de referencia es
el amor por uno mismo, la paz interior y la autonomía (a partir de ahí se ama a
los demás).
4. El amor es
posesión y exclusividad
“El amor romántico debe conducir al amor estable”
“Los celos son una muestra de amor. Si no siente celos, no me quiere”
“Si me quiere, no puede sentir atracción por otra persona”
“Es mío / es
mía”
Es común
(más no es normal) que las parejas exijan tener acceso a cada actividad del día
de su pareja, a espiar y controlar llamadas, redes sociales, mensajes privados,
etc. con el pretexto de la confianza que se deben tener. Pero esto es una
invasión grave. Cuando una pareja empieza a obsesionarse con la posesión de su
pareja, quiere controlarla, la chantajea, la vigila celosamente, reacciona y
reclama con exageración e invade su intimidad. Creer que estas actitudes de
celos son una muestra de afecto nos coloca en una posición sumisa y vulnerable.
Si es tu caso, busca ayuda, esto es violencia.
Las relaciones en pareja sanas se basan en
acuerdos, sintonía, reciprocidad, correspondencia, cuidados, admiración y en la
libertad. Creer que el amor justifica sacrificio, violencia o que no hay más
que aguantar, es un error.
Fuentes y
lecturas recomendadas:
Psicomold
Psicólogos
Diplomado en
Sexualidad y Pareja - EDUCRE.
Desapegarse
sin anestesia – Walter Riso
Enamorados o
esclavizados – Walter Riso
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