No nacemos odiando a nuestro cuerpo ni en guerra con nosotros mismos, eso es algo que nos enseñan a hacer y que nosotros aprendemos sin darnos cuenta… esas opiniones y heridas de otros, se convierten en nuestra propia voz y en la opinión de nosotros mismos (hasta que hacemos consciencia y decidimos cambiarlo).
¿En tus experiencias pasadas ha habido alguna situación, relación o persona que con sus palabras te haya hecho creer que hay algo mal contigo, que no eres suficiente, que eres feo, tonto o que tienes que cambiar algo de ti para que te amen o te vaya bien?
Tener una imagen errónea de ti mismo te separa de tu esencia y tu potencial. Esa información equivocada distorsiona tu autoconcepto, baja tu autoestima y bloquea tu capacidad de amarte.
La
autoestima es la visión que tenemos de nosotros mismos, la valoración de
nuestras capacidades, como nos tratamos a nosotros mismos, es confiar en nuestras
cualidades y amarnos con todo lo que eso implica... no es creernos mucho; es saber
quienes somos y de lo que somos capaces, así como nuestros límites.
La
autoestima es fundamental para sentirnos bien con nosotros mismos. Nos da
seguridad y confianza para enfrentar las situaciones que se presentan en
nuestra vida. No es un tema solamente de aspecto físico, de sentir orgullo de
la forma en la que nos vemos y abrazar el cuerpo que tenemos; las personas
estamos conformadas además por otros aspectos en donde también se requiere
valorar de forma adecuada lo que hay, es decir aceptar y amar lo que se ve,
pero también lo que no se ve: los talentos, los gustos, las ideas, la
gentileza, la generosidad, la simpatía, el interés por los demás, etc. Somos un
conjunto de características que se combinan de una forma única y valiosa.
Una
baja autoestima se manifiesta en inseguridad. Si no nos sentimos suficiente o valiosos,
si sentimos que no merecemos que nos pasen cosas buenas, entonces permitimos
que otros rebasen los límites del trato digno con nosotros o permitimos
conductas que dañan (como la sumisión, el abuso, faltas de respeto, hacernos a
un lado, apagarnos, nos volvemos codependientes, permitimos que nos controlen o
humillen…)
El
amor propio es un tema en el que debemos poner atención. La falta de autoestima
y amor por nosotros mismos se ve y se vive todos los días ya que estamos
expuestos a mensajes que ponen en jaque nuestra imagen corporal, la forma en la
que nos vemos a nosotros mismos, como nos hablamos, como nos tratamos, nuestro
acceso a la felicidad, al bienestar y al éxito… esto afecta en consecuencia la
forma en que nos movemos y relacionamos con el mundo.
Si
alguna vez has sentido que no puedes amarte, que no te caes bien, no encuentras
algo valioso en ti, ni te inspiras respeto, es porque no te has podido conocer
realmente y aún no has dimensionado quién eres en verdad. Cuando logras
conocerte sin juzgarte, sin ideas ni condicionamientos que nublen tu visión,
entonces contactarás con tu verdadero yo (no con el que has creído que eres), te
dejarás sorprender, identificarás lo bueno, la belleza y la fuerza que hay en
ti, asumirás los aspectos débiles y las cosas que te gustaría cambiar para
definir cuando y de que forma trabajarás en ellos y entonces podrás usar tu
potencial a tu favor.
Revisemos
algunas cosas que pueden inspirarte para arrancar:
1.
Elige
el camino de amor propio en lugar de elegir el camino de constante frustración,
de rechazarte y querer cambiar todo de ti. Tienes que estar para ti en todos
los sentidos, cuestionar, averiguar, replantear y crecer… pero no odiarte y
castigarte.
2.
Respeta
quien eres, lo que quieres, tus sueños, tus límites y tus prioridades.
3.
Libérate
de todo lo que la sociedad te dijo que eras o debes ser, pero en realidad no tiene
nada que ver contigo (mensajes culturales, etiquetas, comparaciones…)
4.
Haz
consciencia de lo que sientes, de tus emociones, de las ideas, pensamientos y
palabras con los que alimentas tu cabeza
5.
Amarte
y aceptarte a ti mismo es una DECISIÓN que se presenta ante ti de diferentes
maneras… hay días en los que esa decisión es fácil de tomar, días en los que aunque
ya hayas hecho las paces con algún tema, otras partes siguen costando trabajo.
Amarte no es solo sonreír, halagarte, abrazarte, querer todo de ti, echarte
porras todos los días…. Es detectar y saber poner pausa a esos diálogos
agresivos y crueles contigo, es detener esos pensamientos que te alejan del
amor propio ¿les vas a dar lugar o no? ¿vas a permitirte pensamientos que te
nutran o que te destruyan? Salte del papel de víctima, sé que pasan cosas
horribles, pero el control lo tienes tu, las decisiones las tomas tú.
6.
Reconoce
tus logros: los pequeños, los medianos y los gigantes… celébralos todos, cada
día, celébrate a cada momento. Amarse a uno mismo es un trabajo de todos los
días, lleno de subidas y bajadas, en el que vas a encontrar retos diferentes y
algunos repetidos… Ese camino es de gran aprendizaje y enriquece enormemente,
así que disfruta todo lo que vayas aprendiendo y descubriendo en consciencia.
7.
Si
te culpas en exceso, trabaja para dimensionar adecuadamente las situaciones y
no responsabilizarte de todo.
8.
No
te compares: La sociedad nos exige perfección y eficiencia en todo y eso nos
sube en el tren de la comparación y la exigencia inhumana… ponemos la mirada en
las aparentemente vidas perfectas de los demás, nos comparamos con ellos todo
el tiempo, competimos con ellos y lo peor: le entramos a competir
constantemente con nosotros mismos, exigiéndonos siempre superar los resultados
del día anterior y entonces llegamos a un punto en donde nunca va a ser
suficiente. No te compares, nadie tiene todo resuelto creeme y eso está bien,
estamos en el camino de aprender y ser mejores personas, no perfectas.
9.
Se
paciente contigo. Aprender a aceptarnos y amarnos es un proceso largo y de cada
día, las personas estamos hechas de procesos, somos procesos desde que nacemos
hasta que nos morimos… estamos permanentemente transformándonos.
10. El camino del amor propio es
totalmente personal, cada quien necesita cosas diferentes, ninguno está bien ni
mal, se construye a partir de la historia de cada quien, de las necesidades, los
deseos, aprendizajes y lo que cada uno quiere lograr y le viene bien.
11. No tengas miedo a trabajar en
tu autoestima: amarte y aceptarte no significa renunciar a lo que quieres, ni dejar
de hacer lo que te apasiona o verte como te gusta.
12. Ve a Terapia.
13. Haz un detox en tus redes
sociales, en los medios e información que revisas constantemente: ¿a quienes
sigues? ¿te inspiran y te dan paz, te dan energía positiva o te intranquilizan
y te hacen sentir enojado, triste o decepcionado de ti y de quien eres?
Considera que todo lo que ves en redes es una pequeñísima parte de lo que hay
en realidad en las vidas de esas personas, todo está editado y solo muestran lo
que quieren mostrar…. Toma el control y desintoxícate de tus redes. Elige de
forma inteligente a quienes seguir y a quienes dejar de seguir, quita a quienes
te generan ansiedad aunque les admires…. No es posible convertirte en esas
personas, así que dile adiós a la frustración y deja de seguirles.
14. Conócete y define una rutina
de amor propio, cosas con las que puedas tener contacto, recurrir a ellas,
decirte a ti justo en esos días pesados. Ten claro el tipo de actividad, las
formas y estilos que te ayudan a volver a conectar con tu elección de amarte.
15. Prueba con estas preguntas
para ir conociéndote más y trabajar en tu amor propio. Úsalas para extender y
profundizar la reflexión a partir de cada una de ellas:
¿Qué
te gusta?
¿Qué
quieres?
¿Quién
eres?
¿Cuánto
te estimas, cuánto te valoras?
¿Te
respetas?
¿Sientes
que eres valioso?
¿Qué
cosas te emocionan? ¿cuáles te indignan?
¿Qué
cosas no son negociables para ti?
¿Cómo
te hablas a ti mismo?
¿Eres
cruel contigo? ¿te insultas, te anulas, te castigas?
¿Te
criticas constantemente?
¿Cuál
es tu diálogo interno respecto tu cuerpo, tu apariencia, tu forma de ser, las
decisiones que tomas, tu estilo de vida, tus cualidades, tus capacidades, tus
defectos?
¿Te
tratas bien?
¿Fomentas
la confianza en ti mismo o siempre te hablas de lo mal que haces todo y de como
es muy probable que te equivoques?
¿Estás
poniendo toda tu atención en un solo aspecto de ti o estás pudiendo ver y tomar
en cuenta el conjunto de todo lo que eres?
¿Te
cuidas?
¿Te
dedicas tiempo exclusivamente a ti?
¿Te
valoras?
¿Te
consideras una persona respetable?
¿Sabes
poner límites a los demás? ¿sabes ponerte límites a ti mismo? ¿eres asertivo?
¿pones límites de forma amable y respetuosa?
¿Entregas
el control de tu felicidad a otras personas, a lo externo?
¿De
qué van tus conversaciones? ¿a que temas les das espacio en tus reuniones y en
tus pensamientos? ¿hablas de chismes y de la vida de los demás? ¿criticas
constantemente a otros y te “acabas” a quien se te ponga enfrente? ¿estás
pendiente de sus romances, ropa, viajes, publicaciones, etc?
¿Te
quejas todo el tiempo de los demás, de las situaciones y de tu vida?¿tus temas
de conversación son amables o de queja? Quejarse y emitir juicios hace sentir
mal sobre lo que nos pasa, agota, nos quita energía
¿Envidias
y sientes coraje por la vida, la suerte, el dinero, el cuerpo, la pareja, la
situación… de otras personas?
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