En 1999, la
Asociación Mundial de Sexología pronunció la Declaración Universal de los
Derechos Sexuales de Hong Kong en la que se señala que la sexualidad es parte
integral del ser humano y que para un desarrollo pleno de las personas es
necesaria la satisfacción de necesidades básicas, como el contacto, la
intimidad, la expresión emocional, el placer, la ternura y el amor.
Los derechos
sexuales residen básicamente en los derechos humanos a la libertad, dignidad,
salud, igualdad y no ser discriminado y son:
1. Todas las personas tenemos derecho a decidir
libremente sobre nuestro cuerpo y nuestra sexualidad; además esas decisiones
tienen que ser respetadas por quienes viven a nuestro alrededor.
2. Tenemos derecho a ejercer y disfrutar
plenamente de nuestra vida sexual sin poner en riesgo nuestra salud o
integridad. Es indispensable contar con el consentimiento de quienes estén
involucrados en nuestras prácticas sexuales, es decir, podemos vivir cualquier
experiencia erótica o sexual siempre que sea lícita y no afecte los derechos
sexuales de otras personas. Nadie puede hacernos sentir remordimiento solo
porque decidimos vivir activamente nuestra sexualidad o porque las prácticas
que elegimos son diferentes a las que otros viven.
3. Estamos en todo nuestro derecho al manifestar
de manera pública nuestros afectos. La libertad de expresión incluye la libre
manifestación de la personalidad, ideas, actitudes y pensamientos con los que
simpatizamos.
4. Solo tu puedes decidir con quien compartir tu
vida, tu afectividad y tu sexualidad. Nadie puede obligarte a andar con otra
persona. Tu decides con quienes estableces asociaciones afectivas, si tienes
novio o novia, si te casas o te divorcias.
5. Todos deben respetar tu vida privada y tu
intimidad. Tus espacios y pertenencias son parte de tu identidad y tienen un
carácter privado.
6. Tenemos derecho a vivir libres de violencia
sexual. Se trate de quien se trate, así sea tu pareja, tu jefe o jefa, el médico,
algún(a) maestro(a)… si sientes que te acosa o te presiona para hacer cosas que
te hacen sentir incomodidad, eso es violencia sexual y es un DELITO.
7. Todos tenemos derecho a decidir sobre nuestra
vida reproductiva. Es decisión personal el momento en el que queremos iniciar
nuestra vida sexual, si le queremos poner una pausa, el número de hijos que vamos
a tener o si decidimos no tenerlos.
8. Tenemos derecho a la equidad. Hombres y mujeres
debemos tener las mismas oportunidades.
9. Tenemos derecho a vivir libres de toda
discriminación. Independientemente de tu nacionalidad, etnia, género, religión,
nivel escolar, orientación sexual o región de procedencia, nadie puede
discriminarte… es contra la ley.
10. Tienes derecho a recibir y disponer de información
clara, científica, laica y completa sobre la sexualidad para tomar decisiones
de manera responsable. La información sexual debe generarse a través de la
investigación científica libre y ética y debe difundirse de manera apropiada en
todos los niveles sociales. Debemos saber todo lo que necesitamos saber con claridad para entender y tomar sin
prejuicios ni culpa las decisiones que nos vengan bien.
11. Todos tenemos derecho a una educación sexual
integral. Este proceso de formación se inicia desde el nacimiento y dura toda
la vida. Debe involucrar a todas las instituciones sociales.
12. Todos tenemos derecho a los servicios de salud
sexual y a la salud reproductiva. En los centros de salud, el personal médico y
de enfermería tiene la obligación de darnos información sobre métodos
anticonceptivos, infecciones de transmisión sexual (ITS), salud reproductiva,
etc. sin que nadie más tenga que enterarse, además de poner a nuestra
disposición de manera gratuita condones y la pastilla del día siguiente. Si se
niegan, es discriminación.
13. Tenemos derecho a participar en las políticas
públicas sobre sexualidad. Tenemos derecho a conocer y opinar sobre los
programas educativos, recreativos y de salud que aprueben l@s funcionari@s
públic@s ya que afectan nuestros intereses y salud. También podemos proponer
cambios a los mismos. Ninguna autoridad o servidor público puede negarse a
escucharnos.
Fuente: http://www.letraese.org.mx/cartilla.htm
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