Es normal que todas las personas, desde los niños
hasta los adultos mayores experimentamos ansiedades y miedos de vez en cuando.
Sentirse ansioso en una situación particularmente incómoda nunca es agradable,
pero aprender a lidiar con ella prepara a los chicos para hacer frente a las experiencias
y situaciones retadoras en la vida.
Revisa estos claves para ayudar a tu hijo a
desarrollar los elementos y la confianza en sí mismo:
1. Reconoce que
el miedo es real para el niño. Nunca opines que su miedo es insignificante para
forzarlo a que lo supere. Decirle a tu hijo "¡No seas ridículo! ¡No hay
monstruos en tu closet!" puede que haga que el niño vuelva a la cama, pero
no hará que el miedo desaparezca.
2. Ser capaz de
hablar sobre el miedo ayuda. Las palabras a veces le quitan el poder a los
pensamientos negativos, si hablas acerca de ello el miedo puede ser menos
poderoso.
3. No te rindas
ante los miedos. Si a tu hijo no le gustan los perros, no cruces la calle a
propósito para evitar encontrarte con un perro. Este comportamiento fortalecerá
el pensamiento de que los perros deben evitarse. Brinda apoyo y demuestra
protección a medida que te acerques con tu hijo al objeto o situación que
genere temor.
4. Enseña a tu
hijo a evaluar el miedo. Si tu hijo puede visualizar la intensidad del miedo en
una escala del 1 al 10, con el número 10 como el más fuerte, puede que vea al
miedo con menos intensidad de lo que originalmente imaginaron. Los niños más pequeños
pueden pensar en sentir miedo "hasta las rodillas" como algo no muy
temido, "hasta el estómago" como algo más temido y "hasta la
cabeza" como petrificado.
5. Enseña a tus
hijos estrategias para hacer frente al miedo. Intenta estas técnicas fáciles de
implementar: Utilizándote como la "base”, el niño puede atreverse a
acercarse al objeto temido y luego volver a acercarse a ti en busca de
seguridad antes de volverse a cercar al objeto o situación temida. Los niños
también pueden aprender frases positivas sobre sí mismos, como por ejemplo:
"Yo soy capaz de hacer esto", “Soy fuerte”, “Soy poderoso / yo tengo
el poder” y "Yo voy a estar bien," las cuales puede repetirse a sí
mismo cuando sienta ansiedad. Las técnicas de relajación también ayudan,
incluyendo la visualización (flotar sobre una nube o descansar en la playa por
ejemplo) y respirar profundamente (imaginando que los pulmones son globos y
dejando que se desinflen lentamente).
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