Las expectativas son suposiciones centradas en el
futuro que pueden ser realistas o no y son el principal motivo de desilusión,
discusiones personales y sentimientos depresivos. El sentimiento de frustración
al ver que las cosas resultan distintas a como las habíamos planeado o al
recibir una respuesta diferente a la que esperábamos de alguna persona, puede
resultar difícil de manejar.
Es cierto que no podemos controlar todo y a todos,
así que es mejor empezar a trabajar en nosotros mismos para dejar de tener
expectativas y por consiguiente sentirnos más tranquilos y felices.
1. Acepta que
cada quien tiene una forma válida de hacer las cosas, tu estilo no es el único
y puedes enriquecerlo con otros puntos de vista.
2. Deja de
colocarte en la posición de víctima por sentir que tu vida es controlada por
las malas decisiones de otras personas o por los embates de la vida.
3. Deja de
sentirte miserable creyendo que tu infelicidad hará que todos modifiquen su
actuar y su pensar para complacerte.
4. Si hay algo
que necesitas que se haga de una forma determinada, y te molestaría si no sucediera exactamente así, mejor hazlo tú mismo. No
deposites la responsabilidad en alguien más. De otra manera, es mejor trabajar en la aceptación y el respeto hacia los demás.
5. No permitas
que la ira y el enojo se apoderen de ti por que las cosas no salen exactamente
como habías planeado y nublen tu visión de las cosas que realmente valen la
pena.
6. Hazte
responsable del problema. Reconoce tus gustos y tus necesidades en lugar de
culpar a otros por tu miseria. Te dejo algunos ejemplos:
-
En lugar de querer que tus compañeros de oficina
cumplan a tu ritmo con sus obligaciones, reconoce que tienes problemas para
manejar tu ansiedad, tu perfeccionismo y tu necesidad de controlar a otros en
temas relacionados con el trabajo.
-
En lugar de decir que nunca sales a fiestas ni a eventos
sociales porque a tu pareja no le gusta, porque él quiere estar en casa todo el
tiempo y es un aburrido, asume que tienes la expectativa de que alguien más
se encargue de tu vida social.
-
En lugar de pensar que tu mamá no te quiere o que es
una exagerada y no te deja en paz ni un solo momento, asume que tienes un
problema por estar tomando sus peticiones razonables como ataques personales.
7. Aprende a
fluir y a adaptarte a lo que se va presentando en tu vida. Disfruta y déjate
sorprender.
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