viernes, 9 de enero de 2015

Ser pareja


Mi experiencia con los hombres nunca ha sido buena, más bien tirándole a desastrosa… no puedo negar que durante cierta época hice generalizaciones sobre el comportamiento, costumbres y la falta de sentimientos en los hombres… A través de los años, aprendí que la responsabilidad no recae solamente en 1 de los miembros de la pareja. Aunque a veces uno da o cede más que el otro, cada uno es responsable de lo que tiene, son simples experiencias de crecimiento y aprendizaje. 
Reconozco que hay muchas cosas que yo he hecho mal (y otras tantas que pude haber hecho mejor), estoy segura de que todo es consecuencia de mis decisiones, elecciones y actitudes porque existe un patrón que relación tras relación se repite y por desgracia, en el recuento de los daños la más afectada termino siendo yo, mi yo, es decir, quien yo soy.
No es importante señalar faltas, ni echar culpas, pero me quedan claras ciertas cosas que independientemente de la intensidad y duración de la relación pueden ser útiles para aquellos que tengan la intención de construir una vida en pareja, aclaro, escribo esto desde mi punto de vista, desde mi experiencia de mujer, mamá y profesionista. No se trata de imponer nada a nadie (así no funciona), pero si esto pudiera ayudar a abrir corazones, fincar algunas relaciones, tal vez salvar alguna que otra que pareciera estar desahuciada, lo vivido ha valido la pena.

Amor – Primero necesitas amarte a ti mism@ para reflejarlo, sentirlo, disfrutarlo y poder ofrecerlo... Después podrás estar list@ para recibirlo. Funciona estrictamente en ese orden.

Respeto – En el momento que la pareja empieza a burlarse o reírse del otro, se están viendo como desiguales, es decir cuando uno se siente superior o inferior al otro, el respeto desaparece. Aunque con ideas, orígenes, pensamientos y sentimientos distintos, somos iguales. Merecemos respeto, estamos obligados a darlo independientemente de la situación. El respeto en pareja debe darse al igual que se le daría a un desconocido, a alguna autoridad, a una celebridad. Jamás menosprecies ni te burles de tu pareja. Reconocer la individualidad, las cualidades y los defectos del otro, apreciarlos y respetarlos es uno de los pilares para una relación en pareja sana.

Apoyo – Una pareja es un equipo y como tal, necesita alegrarse de los logros del otro, celebrarlos, tenerlos en cuenta y brindar su apoyo de manera incondicional cuando se requiera (físico, moral, en tiempo o recursos)… si este apoyo se raciona, o solamente se da de un lado de la pareja y del otro no, el abandono desencadena una serie de sentimientos que no ayudarán a que los miembros de la pareja crezcan de manera individual y la relación podría terminarse. Interesarse de manera genuina en las actividades, planes y proyectos del otro, compartirlos, disfrutarlos, impulsarlos es lo menos que puede esperarse de una verdadera pareja.

Tiempo - ¿Cómo construir una relación entre dos personas que apenas comparten tiempo juntos? ¿Cómo conocerse, conquistarse, encontrarse o reencontrarse?. Una de las cosas más difíciles que he enfrentado ha sido tener una pareja ausente. Al no convivir, el resto de las necesidades de pareja no pueden cumplirse. El tiempo en pareja es indispensable para hacer que la relación exista. Sin él, simplemente no hay relación.

Contención – contener significa abrazar, aguantar…. Hay momentos en los que todos necesitamos ese abrazo que contenga nuestros más profundos sentimientos, deseos, dolores e impulsos. Las parejas debemos ser ese muro que los contenga, de otra manera el sentimiento de desorientación, desesperación y derrumbamiento dañará irremediablemente la relación. ¿Si no es nuestra pareja quien está a nuestro lado sosteniendo nuestra mano en los momentos difíciles, entonces quién?

Comunicación – para todos los temas aplica la comunicación. Como padres, como personas, como empresarios, como administradores de casa, como responsables de una relación interpersonal y de una familia…. Sin comunicación los malentendidos, la confusión y el desorden reinarán; suponer o interpretar a medias lo que el otro quiso decir o está pensando, normalmente está alejado de la realidad. Nada como hablar de frente, con la verdad, ideas claras y con respeto para avanzar juntos.

Compartir responsabilidades – sea cual sea el estilo de su relación, es necesario que las responsabilidades se repartan equitativamente. Toda familia tiene una lista larga y exigente de responsabilidades. Para no sobrepasar a alguno de los miembros de la pareja, estas deben repartirse por igual. Muchas personas toman su hogar como 1 hotel, al que llegan a dormir (a veces), del que exigen todos los cuidados, pero aportan poco. Cuando la responsabilidad recae solamente en 1 de los miembros de la pareja, se vuelve algo agotador y desesperante. Tal vez por el tipo de educación que recibieron, algun@s permanezcan callad@s y crean que así debe ser; pero en el fondo esta sobrecarga fomenta la búsqueda desesperada de escapes que como consecuencia no ayudan al crecimiento de la relación.

Protección – Sentirse protegido y cuidado es algo que naturalmente todos buscamos, cada uno de manera diferente, pero la protección brinda seguridad. Sentirse desprotegido hace que de manera instintiva busquemos algo o alguien que sea capaz de hacer hasta lo imposible por nosotros y nos motive a hacer lo mismo por ellos.

Deseo y pasión – Nadie busca una relación solo de buenos amigos con su pareja, compartir tu vida con un simple roommate que además exija los derechos de una pareja es frustrante. Tanto hombres como mujeres, sentimos deseo, necesitamos amar y ser amados, sentirnos irresistibles y disfrutar abiertamente de ese sentimiento del corazón, de nuestra sexualidad. Es algo que no se tiene con cualquiera y como tal tiene que dársele el valor que corresponde, mantenerlo y trabajarlo. No es cuestión de cumplir, es cuestión de sentir.

Agradecimiento – Una pareja con todas sus letras está con nosotros en las buenas y en las malas, en nuestros momentos de éxito y en los fracasos (por lo menos así debería ser)… puede construir con nosotros cosas inimaginables, compartir sueños, aportar ideas y despertar los sentimientos más profundos. Forma parte de nuestra historia y ha aportado muchas cosas para que el día de hoy seamos quienes somos. Agradece siempre lo vivido, lo compartido, lo recibido… y dilo clara y sinceramente. El agradecimiento no significa una atadura de por vida, en algunos casos, agradecer lo vivido sirve para soltar, dejar ir y empezar de nuevo.

Valorarse uno al otro – Algunas veces, la rutina, el cansancio y el descuido hacen que nos sintamos hartos de quienes están cerca de nosotros, de quienes nos aman. Recapitula, reconoce el valor de la pareja que tienes a tu lado. Si no te satisface, termina la relación. Pero nunca pierdas de vista el valor de las acciones, el trabajo, las ideas y los sentimientos del otro. Si los analizas de manera consciente, tal vez te des cuenta de que superan por mucho sus defectos y si enfocas tu atención en ellos, puedes ver a tu pareja como un ser más valioso de lo que creías.

Escucharse – Muchas veces cometemos el error de hablar sin parar haciendo señalamientos, echando culpas y recriminando. Cuando llega el momento en que el otro hable, estamos tan absortos en nosotros mismos que continuamos pensando en nuestra versión de los hechos sin comprender lo que se nos está tratando de decir. Otras veces simplemente ignoramos lo que nos dicen para evitar enfrentar la situación, reconocer algún problema, escuchar algo que no nos va a gustar o tener que esforzarnos para solucionar las cosas.
Cuando una persona no es escuchada, sus esfuerzos normalmente quedan en el aire. En una pareja esto no puede pasar. Decir lo que uno siente o necesita, requiere valor; pero escuchar lo que otros tienen que decir y ATENDERLO requiere aún más valentía.

Mantener conversaciones serias y trascendentes – Es chistoso como algunas personas dejan las pláticas y temas importantes para los jefes, los amigos, los padres o los extraños; mientras que las pláticas en pareja son rutinarias, aburridas, cortas y superficiales… no te limites a tratar solo los temas indispensables con tu pareja. Que tu pareja sea mamá o papá, que ya no sea el profesionista que solía ser, que cometiera errores o enfrentara fracasos, no quiere decir que perdiera su capacidad de análisis y opinión. Lleva los temas trascendentes a tu casa, a tu pareja, expón tu punto de vista, escucha su opinión ábranse a aprender, ábranse a compartir.

Tenerse consideración – El compartir muchos años juntos algunas veces hace sentir que el otro está ahí de cajón y está obligado a nunca dejar de hacerlo. Las llamadas espontáneas, avisar si vas a llegar tarde, cumplir lo que prometes, tener detalles románticos, jamás faltarle a tu pareja y darle siempre su lugar son cosas que en lugar de desaparecer con el tiempo, deberían conservarse e incrementarse. Esto evitará que el otro se sienta usad@ y sin valor. Toma a tu pareja en cuenta, considera sus esfuerzos y sus sentimientos. Trátal@ como te gustaría que te trataran a ti, trátal@ como si no hubieras logrado conquistarl@ aún.

Fidelidad – "Amor es cuando la fidelidad te encanta" (Eva Wilkes). Es sorprendente como generación tras generación se transmite la infidelidad. Como se enseña a los hombres a sostener varias relaciones simultáneas (duraderas o pasajeras), y como se enseña a las mujeres a consolarse con ser la que tiene un papel firmado y a sacrificar una pareja fiel por beneficios económicos o sociales. Es un hecho que actualmente muchas mujeres también son infieles y no justifico a ninguno de los géneros, pero me sigue sorprendiendo como aún habiendo acordado fidelidad, creen que la pareja está obligada a soportar estas cosas. He visto personas que cambian la vida en familia, hijos, nietos, apoyo, relaciones de muchos años y el amor más profundo, por necesidades inventadas con los pretextos más inverosímiles. Para encontrar las razones para ser fiel, es necesario intercambiar papeles, ponerse en el lugar del otro, encontrarse a uno mismo y dejar de hacer lo que todos harían. Empezar a tener los pantalones de cuidar la relación actual, honrar los acuerdos y la palabra, tener el valor de trabajar para lo que se quiere, para quien se ama y dejar de autodestruirse y afectar los sentimientos de otras personas.
Aunque me parece uno de los factores que fracturan irremediablemente una relación, también es importante no juzgar los motivos del otro, poner los sentimientos en la mesa y si hay amor, disposición y una sincera actitud para reparar los daños, considerar dar nuevas oportunidades. Es un reto descomunal para la pareja, pero tampoco es imposible. Lo ideal sería que nunca se hubiera dado, pero si ya estás en esa situación y has decidido salvar la relación, no escatimes en esfuerzos para reconstruir la confianza y el amor.

Honestidad –hablar y actuar de manera honesta - en todo, no solo en lo fácil o lo que nos conviene-, da lugar al entendimiento y nos llevará a hacer los ajustes necesarios para encontrar la felicidad. Si tus sentimientos de amor han terminado, háblalo francamente. Tu pareja tiene derecho a saberlo. Por el contrario, si la amas verdaderamente, no desperdicies oportunidades para decirlo… Si hay algo que te incomoda dilo de manera respetuosa y haz propuestas positivas de manera delicada y con tacto. Si hay cosas que te encantan, también comunícalas francamente.

Aprecio – Jamás te burles ni desprecies a nadie, sobre todo a tu pareja. El/ella es quien de manera voluntaria ha aceptado caminar a tu lado, acompañarte en todo momento, apoyarte cuando lo has necesitado y abrirse completamente contigo. Si esto no ha sido razón suficiente para que hayas mantenido el enamoramiento, cuando menos, encuentra el aprecio y agradecimiento por todo lo vivido. Háblalo francamente con tu pareja.

Actos congruentes con las palabras – Se que todos estamos expuestos a cometer errores, pero cuando propones, predicas o te comprometes a algo, necesitas decirlo desde el fondo de tu corazón, necesitas integrarlo en cada uno de tus actos y llevar tu vida de manera congruente. Es simple, si no crees en algo, no lo promuevas y si crees que algo funciona, ¡aplícalo!. En mi experiencia, las personas que acostumbran hacer promesas (pequeñas, grandes y monumentales) y que no las cumplen, por el simple hecho de haberlas puesto en palabras, las dan por hechas y se ofenden si les haces ver que están inconclusas… no se dan cuenta de que generaron una expectativa y hay alguien que cuenta con ellos…

Ser alguien bueno al lado del otro, así como exigir alguien bueno a nuestro lado – Aquí no se trata solo de esforzarse por ser alguien importante y valioso en la vida de la pareja, si no también de tener la pareja que necesitamos, que nos merecemos… requiere mucho valor, pero si nosotros no tenemos claro lo que nos corresponde, la vida se encargará de mostrárnoslo a cada oportunidad hasta que toquemos fondo y no quede de otra más que, vacíos, abrirnos a recibir lo que nos toca. Así que conviértete en la pareja que te gustaría tener a tu lado. No puedes ser alguien deshonesto, infiel, violento, descuidado e insensible y engañarte creyendo que mereces lo contrario en tu vida.

Usar palabras amables – Aun en discusiones, es indispensable hablar con respeto y usar palabras amables. Es triste como a algunas parejas se les hace buena onda hablar con groserías todo el tiempo, pero al usarlas mientras discuten o pelean, sus corazones se rompen en mil pedazos. Sin excusas, usa palabras amables al referirte al trabajo, al esfuerzo, a la familia, a los logros, al físico, a los sentimientos, a los gustos y preferencias, a la ropa, al estilo, a las opiniones y a todo lo referente a tu pareja. Aún el enojo, una crítica o sugerencia pueden ponerse en palabras consideradas.

Admiración – Caminar junto a alguien de quien te sientes orgulloso, es muy bueno, pero además saber el orgullo que alguien más siente al caminar a tu lado es ideal. Una pareja necesita admirar al otro, disfrutar su compañía, sus palabras, sus aportaciones y buscarlas (por puro gusto) todo el tiempo. Esto genera confianza, plenitud, satisfacción, alegría y felicidad. En el momento en que alguno de los miembros de la pareja siente que le está haciendo el favor al otro por estar a su lado sin merecerlo… la relación se encamina al final.

Jamás des por sentado que tú das más que tu pareja, es la primera señal de que no es así, el exceso de confianza lleva al descuido, al abandono y la soledad.

Nunca le mientas, todos tenemos un sexto sentido para identificar las palabras huecas y aunque algunas veces no las encaremos, la relación, el respeto y el amor se fracturan. Además tarde o temprano todo sale a la luz y si lo enredas o complicas más, difícilmente podrás reparar los daños.

Vive tu vida en equilibrio, pero jamás cambies el tiempo con tu pareja por tus amig@s, tu familia, algún hobbie, juego, actividad o lugar, dejando solo el tiempo sobrante o ninguno para platicar o compartir con tu pareja. Recuerda los momentos difíciles y te darás cuenta que fue él/ella quien estuvo a tu lado (ni tu deporte, ni el alcohol, ni las fiestas, ni tus amigos del chat).

Para ellos: Las mujeres somos personas, no somos objetos, ni sirvientas. No te confundas; si ella te atiende y procura al igual que a tus hijos y a tu familia es por gusto, responsabilidad o por amor, no por que sea su obligación o lo único que sabe o puede hacer. Necesitamos tiempo para nosotras, también tenemos planes y proyectos, nos gusta reírnos y sentirnos especiales. A nadie le gusta estar en el último lugar de prioridades, nosotras no somos la excepción. Aunque creas que tu mujer se sacó la lotería contigo, creeme que ella podría estar con cualquier otro hombre… así que necesitas trabajar para mantener vivo y vigente el amor. Necesitamos a nuestro lado un hombre con quien caminar y compartir, no un hijo más a quien cuidar y educar. Nunca conviertas ni hagas sentir a tu mujer como un sustituto de tu madre… ¿a quien le gusta tener relaciones con uno de sus hijos?.

El amor es de quien lo conquista, de quien lo seduce y lo enaltece, hay que dejarlo fluir sin miedos, sin resistencias, sin peros, sin porqués, sin comos y sin para qués. Si eres honesto, verás que estás donde estás por buscarlo y eres quien eres por haberlo conocido. (Fernando Gómez)
No sientas miedo de reconocer el amor en ti, no eres menos hombre ni menos mujer por aceptar tus sentimientos, vive de acuerdo a ellos y contágialos, compártelos. Ah! Y no te sorprendas (si has descuidado la mayoría de los puntos anteriores), si un día tu pareja decide tomar el rumbo de su vida en sus manos y permitirse ser feliz, sentir y amar lejos de tu lado. Nadie dijo que sería fácil cuidar una relación, pero seguramente, para tu pareja tampoco ha sido fácil y tal vez por orgullo has dejado de darte cuenta.

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